La lluvia pasó a otra cuestión, se ralentizó y dejó de mojar. Los hinchas más dudosos con respecto a si debían quedarse a ver el partido saltaban a la par de los demás. La prensa corría alocada, hasta un fotógrafo se pega un resbalón y cae, pero no importa nada. Los gritos se escuchan desde la estación de tren, más allá de cinco cuadras, y la ilusión se proyecta más allá de estos 90 minutos. Se estira y llega hasta Camino de Cintura, se adelanta hasta el próximo sábado a las 15:00, cuando jugarán el partido de vuelta, y proyecta más allá del primer puesto de La Primera C, mira directo hacia la “B” Metropolitana.
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La lluvia puede con casi todo. Cuando está, las calles se vacían, las ciudades se convierten en pueblos fantasmas, las veredas se llenan de un silencio sepulcral que descoloca a cualquier peatón y le baja el nivel de energía hasta la persona más activa. El aire se pone denso y una atmósfera lúgubre cubre el ambiente. La lluvia hace todo eso, pero no pudo con la gente de Ituzaingó y la fiesta que armaron en el Estadio Carlos Alberto Sacaan, lo que representó casi una declaración de guerra para con el agua que caía desde el cielo.
Por el partido de ida de la final por el primer ascenso a la “B” Metropolitana Ituzaingó le dió el brazo a torcer a Camioneros en un partido que estuvo atravesado, pasado y directamente alterado por el clima. El gol de Lucas Pérez Godoy para El Camión cayó como un baldazo de agua fría en el equipo local, que desde los 15´ se encontraba en inferioridad numérica por la expulsión de Mauro Aguirre.
Con el viento a favor, El Verde encontró el empate antes del entretiempo con un golazo de chilena de Agustín Faillace. El número 9 aprovechó la salida en falso de Horacio Ramírez y firmó un gol soñado por cualquier jugador. La lluvia, que a pocos importó en el principio, ya era un condimento más de una noche que iba a ser épica.
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En el segundo tiempo, las cosas se igualaron luego de la expulsión de Lucas Pérez Godoy luego de un golpe fuera de contexto del juego, misma situación por la que El León había quedado en inferioridad. El número 5 hizo un espamento tremendo y se quiso pelear y correr con el línea Daniel Alcaraz, ya que este fue el que le dió el aviso al juez principal Ignacio Cuicchi acerca de la agresión.
El césped del Carlos Alberto Sacaan se mantuvo impoluto hasta los 20 minutos finales, cuando se formaron grandes charcos en distintas zonas de la cancha. Lo que podría haber invitado a frenar el partido, dió arranque a la locura final cuando, producto de lo impredecible del césped, la pelota se le paró repentinamente al guardameta visitante y aprovechó Franco Luppino para sellar el dos por uno. |
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Autor: |
Redacción de TodosUnoTV |
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