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  30-01-2024
 

Roberto Jesús Puppo (1937 – 2024)



 



Ocurrió que se inició en un humilde club de barrio de Rosario, su ciudad natal, que estuvo destinado a alcanzar celebridad nacional a través de sus participaciones en los Campeonatos Juveniles Evita de fútbol de inicios de los años ’50.

El club nació con el nombre de Morning Star, y jugaba en una canchita de un baldío en la esquina de Crespo y Pellegrini. Escuadra juvenil, se convirtió en sensación del público rosarino primero, en la etapa santafesina del certamen y luego del público porteño. Llenó los estadios de Rosario Central, Newell´s y de los grandes de Buenos Aires, colmados por un público que se apasionaba con aquellas ediciones de las competencias que nacieron auspiciadas por Eva Duarte de Perón.

En la edición de 1952 llegó la apoteosis para los pibes rosarinos que se consagraron ante Arsenal de Llavallol en la final del certamen jugando en el Monumental de River Plate en marzo de ese año. Por entonces el equipo había pasado a denominarse Evita Morning Star (*).

Un equipo de caño y gambeta en el que Puppo, desde su posición de volante ofensivo por derecha (insider derecho, como se denominaba entonces al puesto) era el que con técnica exquisita regulaba el juego del equipo en el que brillaban también otros pichones de cracks , como José “Piojo” Yudica, que luego brillaría en Newell’s, Boca Juniors y Estudiantes de La Plata, entre otros clubes, Antonio Ramírez, que lo hizo en Rosario Central, y otros nombres que quedaron en la historia: los arqueros Perugini y Barros, Farruggia, Laporta, Scurti, Cerro, Román, Tellez, Celiz, Nicastro, Cayuela, Cerchiara y Forcat. El técnico era Salvador “Vila” Consiglio de quién Puppo decía 50 años después “Todo lo que soy en el fútbol, como jugador y luego como técnico, o sea lo que he sido profesionalmente, se lo debo a este señor. Vila fue un maestro para todos nosotros, como un padre, y no seríamos lo que somos si no fuera por su dedicación y su hombría de bien”.

La premiación incluyó un pedido y un plus inesperado. El pedido de Evita, que estuvo presente en la premiación por última vez (moriría en julio de ese año), fue que castellanizar el nombre del equipo, que pasó a ser “Evita Estrella de la Mañana”, y el plus fue una invitación para todo el plantel para acompañar a la delegación argentina a los Juegos Olímpicos que se celebraron en Helsinki ese año. Así, los pibes viajaron en el buque “Le Maire” a la lejana capital finlandesa, en una experiencia imborrable.

Tras el retorno, Puppo fue rápidamente apalabrado por la dirigencia de Newell’s Old Boys, club en el que debutaría, siendo aún un juvenil, en el primer equipo en 1954. Ese mismo año, previamente, integró la Selección Juvenil Argentina que jugó el Campeonato Juvenil de la FIFA en Alemania Federal, ocupando el tercer puesto tras superar a Alemania Oriental, Holanda, Francia y Turquía, y caer ante España.

En la primera de Newell’s, al principio como puntero derecho y luego en su puesto habitual de volante, le costó afirmarse cuando su fútbol técnico y pensante pareció no tener el sustento físico necesario para imponerse. En la Lepra jugó hasta 1958, un total de 62 partidos con 9 goles convertidos, jugando también un partido en 1956 en la Selección Nacional. Posteriormente fue cedido a Unión de Santa Fe, donde actuó en Primera B hasta 1961, con 86 partidos y 18 goles. Su fútbol llamó la atención de Argentinos Juniors, que buscaba elementos de recambió para su gran equipo de 1960, ya desarmado.

De algún modo evocó en juego y tipo físico a su predecesor Martín Esteban Pando, pequeño de envergadura y de juego cerebral y técnico. Su paso por La Paternal sería prolongado y eficaz. Indiscutido con el 8 en la espalda jugó hasta 1969, 201 partidos convirtiendo 16 goles, por lo menos uno de ellos decisivo: el que le hizo cerca del final a Almagro en la última fecha del Reclasificatorio de 1967, que valió la salvación de los Bichos Colorados e impidió el ascenso de su rival.

En 1970 prolongó su campaña en Quilmes, pero sin suerte: en crisis económica y muy desorganizado, el Cervecero sufrió un descenso increíble en la última fecha del Reclasificatorio. Aun así, se quedó en el sur, intentando el retorno a Primera que no llegó, totalizando entre ambas divisiones 38 partidos con 3 goles.

Entonces con 34 años, entendió terminada su carrera profesional. Sin embargo, habría un capítulo más, a partir de un hecho fortuito: iba a entrenar al IMOS, el club de los municipales porteños ubicado al lado de la cancha de Defensores de Belgrano. Un día al pasar por la puerta del estadio se encontró con el Director Técnico defensorista, Rodolfo César Chiti, que lo reconoció y tras saludarlo, le preguntó dónde estaba jugando. Cuando Puppo contestó que había colgado los botines, Chiti le dijo que no podía ser y que lo necesitaba en Defensores. El club del Bajo Núñez había descendido a Primera C y se rearmaba buscando volver rápido.

Sin saberlo en realidad armaba un equipazo para la categoría en el que el fútbol argentino empezaría a hablar de un pibe que haría historia: René Orlando Houseman. A Puppo le gustó el desafío y se incorporó como refuerzo de última hora a un equipo en el que lograría terminar su carrera del mismo modo en que la inició como juvenil: saliendo campeón. Defensores ganó el campeonato de punta a punta y si bien Puppo no fue titular habitual, jugó muchos partidos y aportó junto a Eduardo Redondo, Jorge Busti y Gerónimo Gigliani al medio campo con su experiencia y toques de calidad indiscutibles, como su habilidad para matar la pelota con el borde del pie derecho, por endemoniada que le llegara, y salir jugando. A quienes, como el autor de estas líneas, tuvieron el placer de verlo jugar en sus últimos partidos, su figura les resultó inolvidable. Jugó en Defensores 27 partidos, sin goles.

Recorrió luego una larga carrera como Director Técnico en Chaco For Ever, Central Córdoba de Rosario, Unión de Santa Fe y, fundamentalmente en su primer club profesional, en el que desarrolló varios interinatos en primera división mientras trabajaba en su verdadera pasión, la de buscador de nuevos valores y entrenador de divisiones inferiores, donde colaboró en el surgimiento de grandes figuras en uno de los semilleros más fructíferos del fútbol argentino. Trasmitiendo enseñanzas a los más chicos, quizás evocando lo que aportara a su formación, como hombre y como futbolista su recordado “Vila” Consiglio, de cuyo legado fue digno continuador.

(*) El club debió cambiar su nombre luego del derrocamiento del presidente Perón en 1955, cuando la dictadura subsiguiente decretó la prohibición de la sola mención de su nombre, el de Eva y demás denominaciones y simbologías propias del peronismo. Volvió a ser “Morning Star” y posteriormente al fusionarse con el Deportivo Rosario, “Rosario Morning Star”, nombre que conserva y con el que juega en la Liga Rosarina. En la edición hoy en disputa del Torneo Regional Amateur 2023/24 representó a la Liga Rosarina, siendo eliminado en octavos de final.

 

 





Autor: Redacción de TodosUnoTV
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