San Martín 2 Central Córdoba: Por ahora, nada cambió en Central Córdoba
Los hinchas del Charrúa esperábamos con ansias el inicio de la segunda ronda en lo que conjeturábamos un renacer del equipo para lograr al menos ingresar al reducido por el cuarto ascenso. Imaginábamos ver caras nuevas en la alineación merced a la llegada de refuerzos con la categoría necesaria para darle un salto de calidad a este plantel tan mal armado desde el inicio, además de una actitud arriesgada que implica la búsqueda de los tres puntos en todas las fechas, sin temores de ningún tipo ya que este año no hay descensos así que hay mucho por ganar y nada por perder, pero nada de esto sucedió y por ahora, nada cambió en Central Córdoba.
Hoy volvían los que no pudieron jugar la fecha pasada y que se habían convertido en pilares en los últimos partidos, Boggino, Musso y Osella por lo que suponíamos una mejora en el funcionamiento futbolístico pero, si bien Cuffaro Russo los incluyó en el 11 titular, se decidió por una formación mucho más especulativa o, mejor dicho, por la más especulativa de las formaciones desde su regreso a la dirección técnica del club: Villanueva al arco, la tradicional línea de 4 con Pérez, Killer, Boggino y Senra, un medio campo superpoblado con Osella, Musso, Bracco, Kaial, Mustachi y en la delantera tan sólo Di Vanni. Por su parte el local presento un esquema similar pero con un mediocampista menos y dos delanteros de punta, la Pulguita Fernández por afuera y el Tanque Sosa como centrodelantero. Así el partido se hizo enredado en el medio campo, con ambos equipos tratando de jugar en corto por lo bajo, pero al decir del barrio, un partido sin arcos.
En análisis anteriores manifesté que si la idea es hacerse fuerte atrás y aprovechar las ocasiones que se nos presenten en la delantera es imperioso tener en defensa un estado de máxima concentración y, es justo decirlo, Central Córdoba es un equipo que suele caer en distracciones que hasta podríamos adjetivar de inocentes. Y nos volvió a pasar. Minuto 28 el siempre efectivo Pombo mete pase en cortada a las espaldas de Senra para el veloz Pulguita Fernández que gana la cuerda se mete en el área encarándolo a Boggino que va a los pies, la pelota rebota en las piernas de ambos y sale a favor del delantero, los defensores levantan los brazos reclamando una mano que no alcancé ver pese las repeticiones, se quedan todos parados, Fernández sigue, toca atrás y en completa e increíble soledad Sosa mete un cañonazo pisando el área chica que vuelve estéril el esfuerzo de Villanueva, 1-0. No es posible que haya o no habido mano los defensores se queden como estatuas griegas y se preocupen más por protestar que por marcar cuando el juego continúa.
Era claro que con la formación y el esquema presentado estábamos más para buscar el cero en nuestra valla que para marcar un gol por lo que era imperioso realizar al menos una modificación, agregar otro delantero que acompañe a Il Comendatore que las pocas veces que le llegaba el balón se encontraba en inferioridad numérica de 2-1 o 3-1. Pero el único cambio que realizó el DT fue el ingreso de Ramírez ante la salida obligada de Boggino por lesión y se nos fue el primer tiempo.
Creía que los cambios se harían en el entretiempo, pero mi fe resultó infructuosa y se encaró el segundo tiempo con un solo delantero. San Martín, mucho más tranquilo con la ventaja obtenida ya no arriesgaba, los marcadores de punta no escalaban, Gómez se paró como 5 clásico delante de su línea de 4 y si bien el Charrúa logró vía Senra y Bracco tirar centros, Centeno pasó una tarde tranquila ya que sus centrales, Gastón David y Santiago López se lucían rechazado todo de cabeza.
A los 18 minutos Cuffaro recordó que tenía delanteros suplentes e hizo ingresar a Príncipe por Bracco y a Tolosa por Osella, pero Mustachi estaba muy cansado y golpeado, no le ahorraron puntapiés al irlo a buscar y los cambios no lograron revertir el andar del equipo. Por su parte la gente de Burzaco se sentía segura con el resultado y sólo se puede contabilizar una contra a los 28 minutos cuando salieron en velocidad desde el fondo y con precisos toques dejaron a Chiapparo mano a mano con Villanueva, pero el mediocampista de muy buena pegada intentó fusilar en vez de tocar y el disparo se fue muy lejos por sobre el travesaño. 7 minutos después llegaría la calma total para el local, córner favorable al Charrúa, rechazo y salida a toda carrera de 4 jugadores contra 2 defensores rosarinos, la hacen bien y queda sólo el marcador izquierdo Benaducci que define bien ante la salida desesperada del Gorrión Amarillo y pone el lapidario 2-0.
Faltaban 14 minutos para finalizar, incluyendo el alargue, ¿Intentó la heroica Central Córdoba? ¿Llegó desde el banco el mensaje vía los cambios de salir a buscar la gloria de lo imposible?, para nada, otra de las actitudes que no le entiendo bien a Cuffaro Russo, dejó correr el tiempo hasta el final guardándose 2 cambios para otra ocasión y en el banco estaban Barbosa y Ortiz como para intentar la desesperada, que a veces suele funcionar, claro siempre y cuando se la intente. Cómo frutilla del postre, sobre el final se hace expulsar inocentemente Ramírez.
Final y demasiadas quejas desde lo gestual y en entrevistas posteriores de los jugadores rosarinos contra ese pésimo árbitro llamado Juan Cruz Robledo que no tuvo la culpa de lo mal que planteó y jugó Central Córdoba este partido. Menciono el detalle porque no se logrará un cambio en positivo si empezamos a dejar de lado la meditación autocrítica por la culpa de todo puesta en los de afuera.
Los interrogantes son muchos, ¿Cuándo estará disponible Milton Caraglio? ¿Vendrán más refuerzos? ¿Qué pasa con Echezarreta? ¿Por qué no tienen minutos Ferrero y Flores? Los hinchas del Matador de Tablada hacemos lo imposible para sostener en nuestro corazón la esperanza de cambio de rumbo, porque la esperanza es lo último que se pierde pero cuando no se concreta… el que espera… desespera.
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