Fecha 12 del torneo Clausura y Central Córdoba recibió en el mítico Gabino Sosa a uno de los encumbrados en la tabla de posiciones, el Club Luján Asociación Civil. El local con el peso de revertir la mala imagen que dejó la fecha pasada al perder contra Sportivo Barracas, la visita con la intención de continuar con su buen momento, de los últimos 6 partidos perdió 1, empató 1 y ganó 4. No era fácil para el Charrúa, porque enfrentaba en su casa a un extraño equipo que llegó con 6 triunfos consecutivos de visitante.
Desde el inicio se hizo palpable que el Lujanero venía decidido a llevarse los 3 puntos del Gabino. Copó el medio campo, tocaba en velocidad dando la sensación que el equipo rosarino tenía una marcha menos. Al minuto 3 Antúnez pone un pase en cortada para el ingreso de Pellegrino que gana la posición en base en velocidad y su remate no fue gol merced a una gran salvada de Colombo. A los 8 Alfonso ensaya un violento disparo desde el borde del área y otra vez Colombo se luce manoteándola al córner. A 12 pelota parada por infracción en la derecha del ataque de Luján, centro cruzado de Alfonso al palo más lejano, Chimino que la baja de cabeza ante la pasividad de toda la defensa azul y Pellegrino que remata, la pelota roza en un defensor y se desvía descolocando a Colombo para poner el 1-0 y en esos momentos era justicia.
Central Córdoba siente el golpe y no logra reacción, todo parece ser de Luján, abajo el ex charrúa Godoy manda en su área, en el medio se florean Alfonso y Antúnez, cada pique de Pellegrino o Ramos parece que culminará en el segundo gol, pero el futbol es un juego con mucho de azar caprichoso y en el peor momento del local, Rojas se enreda en una salida que parecía no traer ningún dificultad, Vranjican muy atento le roba el balón, toca a Príncipe que encara cuando Godoy intenta cruzarlo abre el pase hacia la izquierda a Mustachi que amaga con cerrarse y patear al arco pero toca con gran maestría para Príncipe que sólo frente al arquero Valiñas define y logra un, al momento inesperado empate. Me detengo un segundo a decir que para meter el pase gol que puso el Gitano se necesita de una enorme jerarquía y sabiduría futbolística, un verdadero ramalazo de elegancia y frialdad. De aquí al final del primer tiempo hay una salvada de Valiñas ante una buena combinación Mustachi, Príncipe, Marín y el disparo de éste último es desviado por el arquero con el pecho y otra gran atajada de Colombo ante un tiro libre de Alfonzo qué tenía destino de red.
Se inicia el segundo tiempo y es notorio que la situación es muy otra, porque es otra la actitud rosarina, los cabizbajos del primer tiempo ahora la pelean todas y se mandan al frente, también es notorio que Luján arrancó a 100 por hora y está sintiendo el desgaste. A los 10 minutos Madero roba en el medio juega al pique de Príncipe por la derecha del ataque rosarino, el aristócrata del gol lo ve en el lado opuesto a Marín que entra a toda máquina, mete un cambio de frente exacto, Marín que encara a Chimino y lo deja pagando, va hasta la raya del fondo y mete un centro picado para que Vranjican consolide con toda la jerarquía que viene amenazando el 2-1 con un cabezazo elegante al palo más alejado del arquero. De aquí más el partido se convirtió en un ida y vuelta en dónde cualquier cosa podía pasar, quiero destacar una jugada de Boggino que tomó la pelota en el área charrúa y cuando parecía que la reventaba tuvo un ataque maradoniano, avanzó con el balón, se gambeteo a medio Luján, Basílica incluida llegó hasta el área rival y la jugada mereció ser gol.
En este punto me veo obligado a hablar del pito, cosa que nunca me gusta hacer, pero hemos sido testigo de un desempeño arbitral que ronda lo bizarro. Lo de Valentín Bocaccia fue increíblemente parejito, logró que el Charrúa se vaya con justa razón muy descontento con él y que el Lujanero hiciese lo mismo con igual justicia. Es difícil de explicar lo que se vio, lo mejor que se me ocurre para hacerme entender es que inclinó permanentemente la cancha a favor de la visita, no midió con la misma vara las faltas de un lado y del otro, sacó amarillas a granel para los azules y obvió las que tenía que sacar para los de hermosa camiseta, no puedo dejar de resaltar un agarrón al cuello de Marín cuando se escapaba en velocidad, jugada más peligrosa que cualquier patada y el árbitro cómo si nada. Pero también debo decir que si bien nos perjudicó en todas las chiquitas, nos benefició en las grandotas. En mi criterio hubo un claro penal a favor de Luján que no sancionó y le anuló el gol del empate cuando estábamos 2-1 al frente cobrando un orsay inexistente.
Cómo estamos acostumbrados los últimos minutos del partido en el Gabino fueron de agonía para la hinchada de Tablada. Luján se venía y ante la cantidad de puntos perdidos sobre la hora que conforman la historia de la presente campaña, nuestras rodillas temblaban. Pero en esta oportunidad todo fue felicidad, porque en el minuto 50 saque de arco que ejecuta Colombo con un pelotazo a mitad de cancha, Madero que la peina, Marín que se escapa a ultra velocidad y cuando sale Valiñas abre el pie para cambiarle el palo a su disparo y poner el 3-1, varios jugadores rosarinos cayeron de rodillas, otros se abrazaban cómo diciendo Por Fin y fue el fin.
Es momento de alegría, de festejar y de respirar un poco de tranquilidad, pero yo no sería El Agrio si no mencionara dos cosas que considero hay que corregir. La defensa rosarina es casi impasable por abajo, los marcadores de punta son férreos y se mandan bien al ataque y los dos marcadores centrales emocionan por su entrega, contagio y seguridad. Todo esto más la suerte de contar con el mejor arquero de la categoría. Pero no es posible que en nuestra área cabeceen los peques y los pitufos, especialmente en pelota parada, hay que trabajar ese aspecto. Otro tema es el de Vranjican, que en esta oportunidad hizo un golazo y esperemos que se enrache en forma positiva, pero insisto que faltando 20 minutos y más si estamos parados de contraataque hay que reemplazarlo, no es lo suyo picar y picar a esa altura del partido, en el banco estaba Flores que hubiese sido ideal para salir en velocidad. Por lo menos así lo veo yo, decía un gran autodidacta.
Ganamos nuevamente contra un rival difícil y en la fecha siguiente nuevamente enfrentamos a uno de los últimos. Por eso titulé la presente nota Quiero Creer, quiero creer que no se repetirá lo que nos pasó luego de vencer a J.J.Urquiza y a Berazategui. Si ustedes miran la posición en la tabla de los equipos contra los que increíblemente perdimos puntos es para cohetearse en un rincón, dice el tango. Pero cómo el corazón tiene razones que la razón no entiende, yo QUIERO CREER.
El Agrio - Pablo Adrián Strafaccio |