Fecha 13 del torneo de la C, y Central Córdoba recibe en el mítico Gabino Sosa a El Porvenir. La tarde lluviosa no hizo mella en el césped, de los mejores de la categoría. Para el Charrúa se trataba de una parada brava. Debut de la dupla técnica en el Gabino, venía de un empate agónico contra Luján y necesitaba hacerse fuerte de local para darle valor a los empates de visitante. En frente el equipo de Gerli que llegaba con dos triunfos consecutivos y 20 puntos en la tabla, con un plantel que el viejo lobo de mar Horacio Fabregat, gran conocedor de la categoría, logró amalgamar con 4 jugadores de experiencia y muchos jóvenes valores. Dentro de este contexto Central Córdoba jugó su mejor partido de la temporada. Fue superior en todas las líneas, creó innumerables situaciones de gol que no pudo concretar, pegó 3 tiros en los palos (Príncipe, Atardo y Fava) y tan sólo sufrió un par de ocasiones que pusieron en peligro su valla.
Fueron tantas las ocasiones que a los 23 minutos del segundo tiempo llegó al área visitante el centro número mil de Príncipe, parece pelota del arquero Franco Carretero pero cuando ya la tiene en sus manos se choca con el defensor Javier Peralta Salinas (ambos venían siendo las figuras de su equipo) se le escapa el balón que rebota entre ellos en forma extraña y se termina metiendo en cámara lenta dentro del arco. Parecía como si le hubieran dicho a los atacantes rosarinos, “sino lo hacen ustedes lo hacemos nosotros”. Fuera de broma, si bien fue una maniobra afortunada para el CC también es producto de la enorme cantidad de jugadas de peligro que el local generó, se dio un poco de justicia divina y tanto va el cántaro a la fuente que al final se rompe. El resultado quedó corto de allí que los que miramos el encuentro desde afuera nos mordíamos los dedos de los nervios, la angustia y el ruego de que no se cumpliera esa ley no escrita que versa: Los goles que te errás en el arco contrario los terminás llorando en el propio. Pero en realidad hasta esa situación compleja fue bien manejada por el equipo azul. Ya que menciono el color aprovecho a decir que El Porvenir renunció a jugar con su clásica camiseta a bastones negros y blancos para hacerlo con una de color rosado pálido que no sé que tendrá que ver con su historia. En verdad me molesta mucho que esta actitud marquetinera le esté quitando al fútbol la belleza de ver enfrentados a los equipos con su propia camiseta, si ya no me gusta mucho que nosotros lo hagamos con una idéntica a la de Tigre imaginen lo que siento al ver a los muchachos de Gerli de rosadito.
Teglia y Acoglanis dispusieron el dibujo táctico que más me agrada y a mi entender mejor se adapta a nuestros jugadores y paladar, Un 4 3 1 2, con Colombo al arco Duré Killer Ramírez y Senra en defensa, mediocampo con Sierra de 5 a su derecha Atardo a su izquierda Madero, arriba de enganche Mustachi, en ataque Príncipe por afuera y Monzón de 9. Considero que una vez más se desenmascaró la mentira de que la línea de 3 hace al equipo más ofensivo, a mi entender sólo sirve para devorarse a los técnicos que la aplican.
El resumen general sería que Central Córdoba apabulló a su rival, lo pasó por encima, no le dio respiro y ganó tan sólo 1-0 por el ya recontra conocido tema de la puntada final y de la mala suerte, porque tres tiros en los palos suena a mucho. Todos los jugadores charrúas estuvieron en un alto nivel. Colombo se está convirtiendo en lo que llamo “arquero de equipo grande” le llegan una o dos veces por partido y no puede fallar y el longilíneo cumplió. Duré y Serna clausuraron su lateral y se mandaron constantemente al ataque, por supuesto que esto supone el riesgo de una contra por su lado, pero los relevos tanto en el medio como atrás funcionaron bien. Killer demostrando que es el Gran Capitán en este equipo, anticipó siempre, despejó todas y le da seguridad a algún joven que cubre el puesto de 6, lo hizo la fecha pasada con Tell y en ésta con Ramírez que se potencian a su sombra. En el medio campo El Charrúa ha encontrado en Sierra a un 5 de gran categoría, que recupera y juega con criterio ya sea en la corta o tirando pases largos especialmente en cortada a sus delanteros, a su izquierda Madero, que ahora juega más cerrado para estar cerca del 5, ayudó mucho en la recuperación y su calidad con la pelota en los pies lo convierten en un verdadero termómetro, acelerando cuando hay que hacerlo y haciendo la pausa cuando corresponde, todo esto sin dejar de buscar asociarse con Mustachi en la creación. Por el costado derecho Atardo jugó más abierto metiendo gran aceleración suele aparecer casi como un wing derecho ganando en velocidad y habilidad, también metió peligrosas diagonales y formó una excelente dupla en las escaladas de Duré, pero se excede en individualismo en demasiadas oportunidades, hay que usar un taladro para hacerle una perforación craneal y con un embudo ver si se le puede meter en la cabeza que en el fútbol es tan importante la asistencia como el gol, el día que lo entienda dejará de ser un jugador en potencial para volverse una gran realidad, por lo menos tuvo tres ocasiones en que ganó por la derecha y volvió a patear desde un ángulo muy cerrado teniendo a compañeros ubicados en soledad a la altura del punto penal. Arriba Mustachi libre para ocupar el espacio que quisiera, jugó un gran partido y cuando El Gitano anda enredado el CC es una cosa pero es otra muy distinta cuando anda con todas las luces encendidas. En el ataque, por la izquierda Príncipe se mostró picante como siempre, superó tanto en gambeta como velocidad a todo lo que se le opuso y pese a venir derecho para el gol hoy no lo acompañó la suerte, se fueron dos lamiendo el palo, pero es un delantero imprescindible y por último Monzón, ¿cómo explicarle al hincha charrúa que jugó muy bien? Pero realmente lo hizo, pivoteó con criterio, jugando de espaldas al arco descargó bien para sus compañeros, viene torcido para el gol pero sufre el egoísmo de quienes deberían abastecerlo dentro del área pero prefieren pegarle al arco desde posiciones imposibles, ejemplos: Atardo, Atardo y Atardo.
También da la sensación de no llegar a tiempo, que le falta siempre “5 pal peso” al decir de la tribuna, pero es también porque va a todas hasta las más difíciles, hoy hubo una jugada en que ante un centro rasante le pega de derecha Mustachi con pifia y Monzón la corrió mientras los demás miraban y casi la pellizca antes que salga por el palo opuesto, voy a seguir insistiendo en que es un 9 con determinas características al que hay que saberle buscar el momento del partido, no se lo puede poner para jugar de contra y tirarle pelotazos, y cuando se le abra el arco va a encontrar el CC a un muy interesante delantero. En el segundo tiempo llegó el momento de los cambios y todos respondieron bien. Los DT, cuando decidieron cerrar el partido hicieron ingresar a Lechner y Lalo Pérez, formando una línea de 5 atrás, algo que no es de mi gusto pero he de reconocer que le funcionó ya que así y con Gómez en lugar de Sierra le bajaron el telón a las aspiraciones de empate de El Porvenir. Arriba entró bien Piccinini, incluso puso un hermoso pase en una contra y con su presencia no permitió el adelantamiento de la corpulenta dupla central adversaria. También ingresó el chico Fava de las inferiores que es un delantero corpulento pero con mucho manejo del balón y que el travesaño le impidió que debutara en la red con un verdadero golazo.
Triunfo y rendimiento importantísimo que nos pone con 18 puntos en la tabla y en situación expectante de cara al futuro. Se ve al grupo humano muy unido y entusiasmado, da la impresión que Teglia y Acoglanis han llegado a los muchachos rosarinos de mejor forma de lo que pudo hacer el bueno de Pavoni y que los convencieron que pueden, que crean en ellos mismos. La fecha próxima será otro fuerte examen para los Azules de Tablada, enfrentarán al “extraño” Ituzaingó, digo extraño porque viene de descender de la B Metropolitana y armó un equipo para salir campeón, tiene exactamente el doble de presupuesto que Central Córdoba, pero todavía no engrana perdió más de lo que ganó y suma 14 puntos, pero viene de golear al muy modesto Mercedes y sienten que es su punto de despegue, veremos.
El Agrio - Pablo Adrián Strafaccio |