Fecha 10 del torneo de la C y Central Córdoba viaja al estadio Norman Lee para enfrentar a un Berazategui que llegaba ganando todos los partidos jugados, 8 en total, lo que le permitió sumar la friolera de 24 puntos sobre 24 disputados. Por su parte el Charrúa llegó con tan sólo 10 puntos y una derrota en la fecha anterior, 0-3 de local frente al humilde Yupanqui que sumió a su parcialidad en una verdadera humillación. Así que todo pintaba muy oscuro para el elenco de Rosario.
Resultaba presumible y necesario que el DT charrúa, Diego Pavoni metiera mano en la formación titular en el intento de cambiar la pálida cara que el equipo venía mostrando y así lo hizo. En el arco el muy confirmado Colombo, una nueva línea de 4 con Ramírez de 4, Senra de 3 y la dupla central Killer y Tell, en el medio Sierra de 5 con Atardo a su derecha y Madero a su izquierda, más adelante Mustachi de enganche y la delantera con Príncipe y Monzón. La primer buena noticia fue que al parecer el técnico abandonó definitivamente el esquema con la nefasta línea de 3 y que volvía a la tradicional defensa con 4 en el fondo y por supuesto está decisión le salió bien, simplemente porque era la correcta, lástima que no lo vislumbró varios partidos antes.
El partido se inició con un Bera tratando de salir muy prolijo del fondo, pero se encontró con un problema y el mismo es otro porotito para nuestro técnico que, según aseguran muchos, está en la cuerda floja. Me refiero a que Central Córdoba no salió a presionarlo bien arriba al Naranja, pero tampoco a refugiarse en las cercanías de su área, dejaba que mientras la pelota se la pasaran entre los dos centrales, Pizarro y Zárate, no los apretaba pero en cuanto jugaban para algunos de sus mediocampistas, especialmente Pombo Smith y Duarte allí sí eran férreamente marcados. Cómo siempre que enfrentamos a Berazategui quien más escapaba a esa encerrona y nos complicaba era el tan experimentado como inteligente Pombo.
De esta forma el partido se jugaba como pretendía el CC, pero a fuerza de ser sinceros, resultaba exageradamente aburrido porque ninguno de los dos llegaba con peligro al área rival. Hasta el minuto 20 en que Pombo recibe un rechazo en el medio, frota la lámpara, corre en diagonal, mete un pase preciso al pique de Coronel por izquierda, éste llega al fondo saca un centro largo y Flores en la única que le ganó a Senra llega sólo y de volea la pone en el palo más alejado del arquero haciendo inútil el vuelo de Colombo. Un verdadero golazo.
Parecía que todo se tranquilizaba para el local, pero Central Córdoba esquiva el baldazo de agua helada y tan sólo 4 minutos después quien sería su mejor jugador, Atardo, pelea una pelota contra el lateral derecho a la altura del inicio del área grande, le comenten una dura falta, él mismo se encarga de ejecutarla con un centro exacto para Príncipe que anticipa a todos los obeliscos a su alrededor y cabecea, yo diría que hasta elegantemente, al palo más alejado del buen arquero Lezcano que nada pudo hacer para evitar el empate.
Quien no logra esquivar este baldazo gélido es el local que se enmaraña en cada jugada y llegamos al término del primer tiempo sin novedades en el frente, mejor dicho en ambos frentes de ataque. El segundo tiempo arranca sin que nada cambie y el partido entra en una larga meseta aburridísima, los arqueros de adorno. Con el correr de los minutos quien mejora es el Charrúa, que maneja más la pelota, con Atardo manteniendo su nivel y Madero elevando el suyo, con Mustachi más activo y un Príncipe que era quien inquietaba a la defensa local. Pero cómo viene ocurriendo a menudo, el CC no logra la puntada final. Por su parte la defensa respondía muy bien, con Ramírez y Senra clausurando sus laterales, Killer y Tell muy sólidos no permitían que el corpulento Seguer inquiete al muy seguro Colombo, que tuvo su momento cuando un disparo de lejos le pica antes del área chica y la pelota se eleva en forma extraña lo que lo obligó a recurrir a sus rápidos reflejos para enviarla al córner con un manotazo salvador.
El árbitro Damián Rubino, que se equivocaba más de lo que acertaba, algo a lo que nos tiene muy acostumbrado, decide ser protagonista e inventa a los 35 minutos un penal groseramente inexistente a favor de Berazategui por una supuesta mano de Killer cuando el defensor rechazaba yendo al suelo un centro rasante desde la derecha y sus brazos estuvieron siempre muy lejos del balón. Casi arruina la tarde, porque los jugadores rosarinos reaccionaron ante tamaña injusticia, primero contra el árbitro luego contra el banderín de ese lado y una trifulca con los jugadores de Berazategui en dónde hubo de todo, manotazos al rostro de ambas partes, pero los técnicos, Pavoni y Troncoso se portaron muy bien, no ingresando al campo de juego, impidiendo a los suplentes moverse de su lugar y vociferando pidiendo calma a los suyos. Finalmente Pombo se hizo cargo de la ejecución y yo creo que no en forma consciente sino inconsciente, dio la sensación de que avergonzado ante tanto robo descarado la pateo por sobre el travesaño.
Luego vinieron un par de cabezazos del veterano Salomone, 40 años, ingresado por Seguer que utilizaba toda su experiencia y viveza para acomodar el cuerpo y ganar la posición, pero por suerte para nosotros no le acertó a los tres palos. El CC también lo pudo ganar de contra, pero no sabe ese capítulo del manual futbolero. Llegamos al final y la confirmación de que lo de Rubino fue un disparate la dieron los jugadores que en otro partido caliente se hubiesen llenado a piñas, se olvidaron de su condición de rivales y se saludaron todos muy caballerosamente.
Resulta el empate logrado mucho más útil en lo anímico y psicológico que en los fríos números. Central Córdoba tiene que convencerse que puede, como visitante viene de sacar dos empates muy difíciles frente a encumbrados rivales, J.J.Urquiza y Berazategui, claro que en el medio tuvo la catástrofe frente a Yupanqui, así que este punto servirá siempre y cuando la próxima fecha se venza a Sportivo Barracas en el Gabino Sosa.
Detalles positivos a destacar:
La decisión de Pavoni de volver al esquema 4-3-1-2, le emprolijó las cosas, tuvo firmeza en el fondo y control en el medio.
La muy buena tarea de sus marcadores centrales, Killer en su nivel y Tell que se mostró expeditivo, revoleando cuando había que hacerlo sin arriesgar y siempre muy atento en los cierres.
La forma en que se consolidó Sierra como volante central, está jugando realmente muy bien, tanto marcando como distribuyendo.
La tranquilidad que da a todo el equipo el tener un arquero como Colombo.
La peligrosidad y racha goleadora de Príncipe, nada que ver con la temporada pasada.
Por sobre todo, el ánimo de los muchachos que sabedores del paso en falso de la fecha anterior, supieron levantar la cabeza y golpearse el pecho.
Detalles a mejorar:
La definición, la terminación de las jugadas, especialmente los contraataques que el Charrúa desperdicia constantemente, siempre haciendo una de más o una de menos. Aquí quiero hacer una mención para Monzón que hoy jugó su primer partido de titular por haber Piccinini sigo expulsado la fecha anterior. No se puede decir que jugó bien, pero el partido se presentó de una forma que le es totalmente adversa. No se trata de un 9 veloz, de contraataque, es grandote, fuerte pero sin la velocidad de Príncipe por ejemplo. También quiero destacar a Atardo, que fue el mejor hoy, que tiene una desfachatez tremenda para jugar, que lleva el potrero en el alma, pero a veces se enamora de su propia jugada y termina tratando de meter siempre una gambeta más y todo termina en que le quitan la pelota. Hay que reconocer que no es el único que suele caer en esta falla, Madero también lo hace y hasta el propio Mustachi. En defensa, ajustar un poco el tema de los centros cruzados, no puede ser que aparezca por el lado más lejano siempre un jugador sólo.
Resumiendo, en la semana de la resurrección puede que El CC también resurja de sus cenizas.
El Agrio - Pablo Adrián Strafaccio |
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