Fecha 01 del torneo de la C, y Central Córdoba recibe en el mítico Gabino Sosa al debutante en la categoría Centro Español. Primera apostilla, partido programado para las 17 horas a inicio de febrero con una temperatura de 40º de sensación térmica, que dentro de la cancha significan 2 o 3 grados más, el estadio tiene instalada su nueva iluminación que le permite jugar en horario nocturno, pero por esas cosas inexplicables de AFA se emperraron en el horario y no permitieron que se disputara a la noche, cosas que pasan en el ascenso del fútbol nuestro de cada día. Segunda apostilla, Central Córdoba hace su ingreso con una nueva camiseta que ha mi gusto se parece demasiado a la de Tigre, somos los Azules de Tablada y el rojo sólo puede estar en detalles, pero los gustos son siempre subjetivos, así que dale que va.
Dicho esto resulta imprescindible señalar que no es posible hacer una crítica honesta si no se tiene en cuenta el contexto general y el mismo señala que El Charrúa ha armado otra plantilla bajo la batuta de un nuevo técnico, Pavoni, un hombre de la casa que conoce muy bien la C y que luego de trabajar varios años en el interior de Santa Fe ha reforzado el equipo con mayoría de jugadores de distintas localidades provinciales. Es decir a los nervios propios del debut se suma que son muchachos que recién se están conociendo y armando no sólo el equipo sino el grupo humano, fundamental para una campaña exitosa.
Vamos al partido en sí. En la formación y posicionamiento quedaron desde el inicio definidas las estrategias de los DT. La visita con un 4-4-1-1 y el local con un 4-3-1-2. Poniendo nombres al algoritmo Charrúa, Colombo en el arco, Duré Lechner Boggino y Jerkovic en defensa, Gómez de 5 Atardo a su derecha, Mustachi a su izquierda, Madero más como un media punta que un enganche y adelante, Príncipe por ambas puntas y Piccinini como 9 de área. El Galleguito (contra el Gallego jugamos la próxima fecha en un inicio bien ibérico) trataba de ser prolijo con el manejo del balón, salía de su propia área tocando corto, casi siempre por el traslado de Gelpi su primer marcador central y cómo los delanteros azules no presionaban se hizo dueño de la pelota en los primeros minutos. Pero alcanzó con que Pavoni lo advirtiera, mandase a presionar la salida y Gelpi tuvo que cambiar toque corto por pelotazo largo que siempre encontraban bien ubicados a Lechner y Boggino. Ya el partido era otro, los muchachos charrúas se fueron soltando, se animaron en la gambeta hacia adelante, en estos momentos se convirtió en figura Mustachi que jugó el mejor partido desde su regreso al CC, pero muy bien acompañado por ambos marcadores de punta que se lanzaban al ataque con gran velocidad demostrando tener un pique corto encomiable.
De una subida a toda máquina de Jerkovic por derecha a los 18` llegará el primer tanto local, el ex Rosario Central va hasta el fondo, no logra tirar centro y juega hacia atrás para Piccinini que saca un centro preciso para el ingreso del siempre voluntarioso Príncipe quien a la carrera le cambia el palo al arquero que así Fumo el 1-0.
Después del gol, todo fue del local, los mínimos intentos de la visita eran perfectamente controlados y Central Córdoba mejoraba y lo hacía porque ahora, todos más alivianados, mejoraron su rendimiento, especialmente Atardo que luego de un inicio dubitativo se mostró como un 8 de los de antes (diría el inolvidable Guillermo Nimo), rápido y encarador. Esa características llevaron al segundo gol Charrúa, Centro Español que pretende armar una jugada de toques desde la derecha en mitad de cancha, pero la presión obliga a intentar un cambio de frente, Atardo muy atento le gana de cabeza al supuesto receptor y se manda hacia el área, en el vértice de la misma cuando enfilaba hacia el arquero es detenido con una violenta falta, tuve la impresión que era penal pero el árbitro también debutante en la categoría lo sanciona 20 cmts afuera. Sirvió para que se luzca toda la jerarquía de Mustachi que envía un centro hermoso, con una comba preciosa que encuentra a Gómez mezclado con los delanteros y con un frentazo pone el 2-0.
Hay una jugada más para destacar, escapada de Atardo por derecha, centro bajito, Príncipe que se arroja hacia adelante, no alcancé a ver si le dio de pecho o de rodilla y la pelota pega en el palo izquierdo de Fumo. El segundo tiempo, al decir de los viejos cronistas, estuvo de más.
Cómo curiosidad marquemos que el primer gol del torneo para Central Córdoba estuvo a cargo del mismo jugador que hizo el primer gol del torneo pasado, Agustín Príncipe.
Lo que más me gustó, fue la actuación de Mustachi, la seguridad de Colombo en el arco que las pocas veces que fue requerido respondió con solvencia, la firmeza de la dupla central en defensa, la ya mencionada velocidad de los marcadores de punta, el cambio de ritmo que le da Atardo al medio campo y una delantera que promete mucho con dos jugadores de muy buen porte pero a la vez muy rápidos y con buena técnica como Madero y Piccinini más toda la pimienta que le mete Príncipe en cada jugada. Lo que no me gustó, fue la actitud de Boggino sobre el final del partido, un jugador con tanta experiencia y técnica pero que suele caer en verdaderas reacciones de principiante, hoy lo acomodó de un cortito a la mandíbula a un delantero rival y se salvó increíblemente de la roja porque el referí le mostró la amarilla, incomprensible, porque si no vió nada no tendría que haber cobrado nada y menos amonestar, pero si lo vió no cabía otra que la roja. Por otro lado me llamó la atención el que Pavoni demorara tanto los cambios, hizo ingresar 4 jugadores a los 35 minutos del segundo tiempo y otro a los 37, siendo que ya había muchos que no tenían más aire hacía rato, recordemos el tema de la temperatura, y con un partido casi definido sostener en cancha a Mustachi cansado no tenía sentido, porque al Gitano hay que cuidarlo y no exponerlo o no va a poder estar cuando más lo necesitemos.
Si bien es cierto que lo ofrecido por Centro Español fue muy poco y hay que ver cómo se comporta el equipo ante una exigencia mayor, disfrutemos del momento y saboreemos del grato sabor de la esperanza.
El Agrio - Pablo Adrián Strafaccio
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