Primera C: Central Córdoba carretea pero no despega
Novena fecha del torneo de la C, y el Charrúa viaja a Ciudad Evita para enfrentarse al Sportivo Italiano con el debut del interino Alejandro Rubinich como DT hasta que de la danza macabra de apellidos llegue a su fin.
El equipo puesto en cancha tenía innegables características ofensivas. En defensa lo ya acostumbrado, Villanueva en el arco, línea de 4 con Pérez Killer Boggino y Senra, los cambios de estructura fueron de media cancha hacia adelante, con Musso y Bracco como doble 5, Mustachi de enganche y tres delanteros de punta, Príncipe y Ortiz por las puntas y Di Vanni de 9 de área.
Más allá de la formación la postura del equipo Charrúa mostraba que quería llevarse los 3 puntos del estadio República de Italia. Dominó en todo el terreno, Bracco y Musso recuperaban y repartían bien el juego, los marcadores de punta se adelantaban hasta la línea de medios y se animaban al ataque, los delanteros apretaban la salida e Italiano no encontraba su línea de juego. Fueron muy buenos 45 minutos en que todo fue de Central Córdoba, por eso a nadie sorprendió las dos conquistas, a los 12 minutos corta Musso en campo charrúa, juega para Bracco que lo ve picar a Di Vanni y saca el pelotazo, parecía que el marcador central Mantovani llega primero y va a rechazar pero Il Commendatore lo atora rebota en él, llega a dominar el balón ante la desesperada salida del arquero Anchoverri y con toda su sapiencia hace lo que los libros mandan, gambeta larga y definición. Si el Sportivo Italiano estaba desconcertado antes del gol luego del mismo fue pura confusión. Sigue dominando el Matador de Tablada y en cada avance parece que llegará el segundo. A los 28 minutos Mustachi gana por el andarivel derecho, juega para Di Vanni que de espaldas al arco toca para la entrada de Ortiz, zapatazo del ex Porvenir que revienta en el palo de un ya resignado arquero, un minuto después El Gitano mete una pincelada maestra para el pique de Príncipe, llega al fondo, centro rasante y Di Vanni que vuelve a ganarle a los defensores, esta vez yendo al piso y pone el 2-0 y todo era fiesta Charrúa.
Italiano no reacciona, el DT Benítez no espera y hace dos cambios antes de que termine la primera etapa buscando rearmar su deshilachado equipo pero por el momento no consigue respuestas. En Central Córdoba se encienden dos luces rojas. La primera es por la pésima actuación del árbitro Jeréz que parece usar la amarilla sólo contra los rosarinos y con pequeños errores, lo que llamamos, haciendo la boba, va inclinando el terreno hacia el arco de Villanueva. La segundo son los errores en la salida del equipo charrúa, en tres ocasiones pases mal dados permitieron la posibilidad de anotar de los locales, pero en esos momentos sus delanteros estaban negados.
Todo lo bueno construido por el CC en el primer tiempo se derrumbó en el segundo, cayó en su propia trampa, la de ser súper ofensivo y sin hacer los cambios adecuados pasó a entregarle el balón a Italiano para soportar en defensa y salir de contra. Sumado al cansancio físico de un plantel longevo los locales hilvanaban un ataque tras otro cada vez con mayor peligro. A los 10 minutos Córdoba se había salvado 2 veces de milagro, cabezazo que se fue lamiendo el palo derecho y un disparo que casi revienta el mismo palo. En el minuto 30 cuando la visita no podía sacar la contra llega una falta inocente, innecesaria, tiro libre desde la izquierda del ataque local, centro cruzado y como marca nuestro viejo karma, cabecea Pizarro con comodidad para descontar.
Como en todos los partidos sale Mustachi y no quedamos sin un generador de futbol natural, pero al menos el compromiso de los jugadores azules hace que corran los minutos y parece ser que también Italiano se quedó sin nafta, pero llega nuestro nuevo karma, los minutos de descuento y a los 48 domina el balón de espaldas al arco Quiroga, pese a estar rodeado de jugadores charrúas que se convierten en testigos de la jugada, tiene todo el tiempo para girar y sin que nadie lo moleste siquiera toca para Robaldo que establece el empate. Así los insultos que bajaban de la tribuna se convirtieron en aplausos para el local y el once charrúa que se vuelve a ir cabizbajo.
No tengo idea quien será el nuevo técnico, si seguirá Rubinich o si vendrá otro, pero como sea este equipo necesita un lavado de cara, un replanteo, un orden para sacar lo mejor del plantel y esperemos que más adelante se consigan 2 buenos refuerzos que son los permitidos. Es hora de apuntar a algunos pibes del club, total ya estamos entre los 3 últimos con 6 puntos sobre 27 disputados o 24 si consideramos que ya quedamos libres, ¿qué tanto peor nos puede ir? En defensa habrá que darle la oportunidad a Osella y Ramírez, no puede ser que cada centro que cae en nuestra área sea tan peligroso como un penal. En el medio campo habrá que darles más minutos a Kaial y Angelieri, en la delantera a Barbosa y Flores. Hay que ordenar el tema de la formación inicial y los cambios para manejar bien las energías y cada uno pueda dar lo mejor. En este partido se comenzó el juego con 6 jugadores que superan largamente los 30 años más la situación de Bracco que con ese enorme corazón que tiene no se guarda nada pero llega a los 70 minutos y no tiene más piernas.
Aunque muchos no lo crean todas mis críticas son a favor de salir de esta angustiante situación, porque hay que pensar las cosas, no alcanza con vociferar VAMOS EL CHARRÚA ni caer en frases hechas como que la unión de los dirigentes, jugadores, cuerpo técnico, hinchada, empleados del club, periodistas y la orden benedictina nos va a sacar adelante.
